BIENVENIDO Y FELIZ 2024
¡Hola a todos! Antes que nada, pediros disculpas por mi ausencia; ha sido por problemas ajenos a mi persona, motivos personales, de salud y demás. Porque tras una noche oscura ocurre un nuevo amanecer y es posible, como es posible que tras un nuevo amanecer venga de nuevo la oscuridad.
La vida misma es cíclica, como la naturaleza y las personas, pero sin más preámbulos vamos con el post y audio que lleva por título Dolor y Sufrimiento.
Huimos del dolor y sufrimiento y es lógico y comprensible; es devastador, agota y desespera, pero por mucho que huyamos del dolor éste nos persigue allá donde vayamos y estará allá donde estemos, porque es nuestra huella íntima y sincera.
El dolor nos da una valiosísima información sobre nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu, así como también sobre nuestra situación vital, y cuando no escuchamos este dolor lo suficiente y tal y como se merece, se hace cada vez más fuerte dicho dolor y sufrimiento; cada vez hace un ruido más ensordecedor para que escuchemos, pero muchas veces no podemos soportarlo y perdemos la paciencia o huimos. Huimos todos en mayor o menor medida, dependiendo de la magnitud del sufrimiento y nuestro momento actual, personal o de salud.
Citaré algunas maneras en las cuales huimos del dolor, pero estoy segura que tú mismo/a descubres muchísimos más.
Podemos huir del dolor mediante la evasión, mediante la reclusión, mediante compras compulsivas, mediante el sexo desmedido, mediante sustancias o drogas -tanto legales como ilegales-, e incluso en casos más extremos -pero no por ello, carentes de importancia- cuando en dolor alcanza unas cotas insoportables, se puede llegar a incurrir en actos inconscientes, malvados y violentos (vaya por delante que no justifico ningún acto violento, pero en este caso hablo de actos y comportamientos que no son fruto de la maldad propiamente dicha, sino como vía de escape a ese dolor o sufrimiento insoportable) fruto del estrés y sufrimiento.
Y, como meros aprendices de la vida, no somos quien para juzgar el sufrimiento de nadie sin antes haber transitado su camino. Pero también es cierto que ninguna de estas vías de escape al dolor van a sanar nuestro sufrimiento, lo "curará" de forma transitoria, o mejor dicho, lo adormecerá por un tiempo, pero hasta que no pasemos un duelo de forma completa o en su momento, nuestro inconsciente lo enterrará para sobrevivir, pero dicho dolor saldrá a relucir en otro momento, en "cualquier gota que colme el vaso", incluso aunque hayan pasado meses o años.
Y es que, muchas veces la herida duele mucho más cuando se va enfriando.
Hola Yolanda, espero que estés bien. Mucho ánimo y a cuidarse.
ResponderEliminarMuy buen artículo, me ha encantado la frase final, triste, pero real.
Un abrazo. :)
Hola, Merche! Muchas gracias. Sí, una frase triste y real. Otro abrazo de vuelta!
EliminarHola Yolanda, me alegra mucho que vayas estando mejor y que te hayas animado a retomar tu podcast y el blog.
ResponderEliminarEscuché tu podcast el finde en Spotify, ya me suscribí y me pareció interesantísimo todo lo que comentas sobre que la vida es cíclica y qué bien abordas lo de atravesar el duelo y el sufrimiento, que la mayoría de las personas intentan pasar de largo...Y en la "frase final" das en el clavo.
Un beso bonita.
Hola, Cristina. Bienvenida también al podcast y me alegra que te gustase, y sí todos en mayor o menor medida pasamos de largo hasta que ya duele tanto que algo hace "clic" y cambiamos (no siempre, claro está). Sí, la frase es tal cual; porque se suele creer erróneamente que si no dolió en su día ahora no tiene sentido, y sí lo tiene.
EliminarOtro beso de vuelta para ti!
Nos afecta mas lo cercano que lo propio, espero que todo esté bien y gracias por el articulo. Un abrazo
ResponderEliminarPuede ser...cada persona es un mundo, pero todo está interrelacionado. Gracias a ti por estar y comentar.
Eliminar¡Otro abrazo!
Ayy se me fue lo que llevaba escrito. De nuevo: me gusta tu voz, que te acerca a todos los que te escuchamos.
ResponderEliminarPor supuesto que nadie puede juzgar absolutamente a nadie!
Mi empatía total contigo y deseos de bienestar siempre, gracias por compartir. Un enorme abrazo!
Así pienso, no somos nadie para juzgar. Qué bonita la empatía, en cambio, Maty. Gracias a ti por ser y estar.
Eliminar¡Otro enorme abrazo!
Me alegro de que vuelvas y estés mejor. La alegría y el dolor no son como el aceite y el agua, sino que coexisten. José Saramago. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí, es. Grande, José Saramago. Igual que no hay día sin noche, y a la inversa. ¡Otro abrazo!
EliminarHola, Yolanda. Ante todo mucho ánimo. Es verdad que ante una noche oscura viene un nuevo amanecer. Pero cuando estamos metidos en esa noche oscura, obsesiva y dolorosa, qué difícil es ver la salida. Qué buenas las pautas que nos das para superarlo. Ojalá me acuerde de pasar por aquí cuando lo necesite.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Hola, Pilar! Es difícil pero es posible. En realidad, más que pautas, es un mensaje sobre el sufrimiento o dolor y cómo solemos actuar todos en mayor o menor medida ante él.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un abrazo gigante!
Me alegra que estes mejor Yolanda. Articulo muy interesante el que nos traes.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias, Conchi y me alegra saber que te haya parecido interesante.
EliminarAbrazos para ti también!
Me gusta mucho leerte y escucharte y cuánto me alegra saber que después de la tormenta llega la calma.
ResponderEliminarEfectivamente, como bien dices, las heridas y los golpes, muchas veces no duelen tanto en el momento de hacerse como en el proceso de curación, es inevitable... hay que pasar por todo el trance. Unas veces es más corto y otras más largo pero todo llega a su fin.
Como siempre, muy acertadas tus palabras, me encanta.
Abrazo grande y beso enorme.
¡Hola, Amaia! Disculpa la tardanza en responder pero no sé por qué no me notifica el mail de los comentarios, y si no entro a blogger no los veo los atrasados.
EliminarMe alegra saber que te gusta leerme y escucharme. Muchas gracias.
Toda la razón, Amaia, unas veces es más corto y otras más largo.
¡Otro abrazo grande y beso enorme!