El Acto Primigenio de Atender

Seguimos con otro blogger protagonista; esta vez con David, que será el protagonista de este mes de noviembre. Nos trae un artículo que estoy segura de que puede ser muy útil. Sin más dilación, ¡os dejo con él!

EL ACTO PRIMIGENIO DE ATENDER

 Todos cuando nacimos en esta vida necesitamos para sobrevivir tan solo llevar a

cabo dos actos: la respiración y el llamamiento de la atención de un ser que sea

consciente de cuáles son nuestras necesidades para seguir vivos. Es decir necesitamos

dos acciones y en este artículo nos centraremos en la atención.

Para empezar ofreceré una definición subjetiva de este concepto que se materializa

como acto o fruto de los seres vivos. La atención, en mi opinión, es el acto de poner

voluntariamente nuestros sentidos y actividad mental en un objetivo con el objeto de

conseguir un fin que cubra una necesidad.

De lo anterior podemos deducir la importancia de este concepto para el ser humano

pues dicta y dirige nuestras herramientas en una dirección concreta y lo mejor de todo

es que como en todo concepto con el que nos relacionamos podemos mejorar su

calidad hasta poder disfrutar de una atención plena en aquello en lo que queremos

invertir nuestro tiempo. Del tiempo invertido en la atención sobre un objetivo o

necesidad dependerá nuestra especialización en alguna materia o herramienta y cuanto

mayor sea la calidad de la atención requeriremos menos tiempo, recurso escaso, para la

elaboración de los frutos o con el mismo tiempo nuestros frutos serán de mayor valor

añadido.

La calidad de la atención dependerá de la cantidad de información que podamos

recopilar con nuestros sentidos y procesar mentalmente mediante el método científico

para asentar conclusiones universales, la sostenibilidad en el tiempo de la aplicación de

este recurso sin sufrir desgaste así como de lo trascendental que sea la necesidad a

cubrir. No es lo mismo, por ejemplo, prestar atención a una mosca que a todo nuestro

entorno en ese momento.

También atendiéndonos a nosotros mismos nos permitiremos conocernos mejor y

discernir qué es lo que nos llena y que es lo que nos resta, haciendo el camino de la

autorrealización más sencillo a través de la definición de las metas vitales que

queremos conquistar y las responsabilidades asociadas así como aportando valor a

nuestro ser y a nuestros productos finales.

Es, por tanto, indispensable mejorar la calidad de nuestra atención pues es la

herramienta de la que depende todo el entramado de recursos a utilizar y conceptos con

los que nos relacionaremos durante el tiempo de nuestra vida, y, en último instante, de la

atención dependerá la vida misma porque nos hará también evitar accidentes que

atenten contra ella. Con la atención pues protegemos nuestra vida y la de otros y las

engrandecemos al mismo tiempo.

Con una atención poderosa le ahorraremos tiempo al Maestro, que quiere que

vayamos por delante para que ni siquiera tenga que pedir que herramienta usará a

continuación y al facilitarle el trabajo al Maestro estaremos nosotros mismos siendo

independientes en la práctica del arte en cuestión.

En definitiva, prestemos atención al arte de atender. Quizás sea el recurso más

importante por el que nos midan en planos superiores de existencia. Quizás sea la

fuente de todo lo conocido y desconocido.

¡Muchísimas gracias, David por escribir en mi blog!

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