Hace un tiempo estaba viendo una serie donde uno de los protagonistas decía algo así como:
“dos de las cosas más importantes para ver resultados deseados, es cultivando la paciencia y tener el arte de esperar y confiar en el tiempo”.
Al escuchar la frase algo
hizo clic en mi cabeza. No sé si os pasa como a mí que, aunque sepáis algo más
que de sobra, no le dais importancia que se merece, y un día de repente alguien
lo dice o lo explica de una manera que te hace cambiar rápidamente las prioridades
en tu vida. O igual es que ese mensaje aparece en el momento indicado ¡quién
sabe!
Lo que es cierto y se puede
observar hoy en día en nuestra sociedad es la escasez de paciencia. Vivimos
rápido y todo lo queremos ¡ya!
Voy a poner un simple ejemplo
aprovechando la era de internet y las redes sociales: un día cualquiera estamos
desayunando, en el autobús o donde sea, visitamos nuestro correo electrónico a
ver si hemos recibido ese ansiado correo que esperamos, o simplemente miramos
por simple curiosidad. Empezamos a trabajar, y nos sorprendemos mirando el
correo de nuevo cuando no han pasado siquiera 3 horas. Si volvemos al pasado
cuando no había internet, ¿recuerdas cuando esperábamos la carta de un ser
querido con la esperanza e ilusión intactas? Ahí iban implícitas la paciencia y
el factor tiempo hasta que el cartero llegaba e introducía la carta en nuestro
buzón.
Con este ejemplo anterior,
podemos comprender la importancia de saber esperar y la satisfacción posterior.
Porque la impaciencia no nos deja disfrutar del presente y genera
insatisfacción.
VIVIMOS A UN RITMO MUY
ACELERADO
Hace un tiempo os hablaba de
que la sociedad “nos incitaba” en parte al consumismo, y en este tema que hablo
hoy, nos incita a estar siempre haciendo y haciendo, cuanto más mejor. Este ir
acelerado, además de ser una fuente de estrés, cuando hacemos y hacemos cosas
para acelerar un proceso, nos genera una frustración enorme al no ver los
resultados cuando nosotros queremos.
Todo tiene su tiempo y su
ritmo; solamente tenemos que observar a la naturaleza, a las estaciones, al
día, a la noche…
En realidad, muchas veces no
conseguimos nuestras metas u objetivos porque cuando no vemos los resultados
cuando nosotros lo deseamos, abandonamos y creemos haber fracasado en nuestro
cometido y, para nada es así. Realmente nos ha faltado paciencia y tiempo, muy
seguramente.
Ya lo decía Benjamín Franklin:
“Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea”.
¿Conoces la leyenda del
bambú japonés? La leyenda del bambú japonés, nos enseña la importancia de saber
esperar para ver los resultados, ya que, aunque no veamos avances, seguramente
como el bambú estemos echando nuestras raíces.
Os dejo a continuación un vídeo
con la reflexión de dicha leyenda por si no la conocéis y os apetece verlo
¡seguro que te encantará!
Así que, os invito ahora con
la vuelta al otoño donde muchos de nosotros nos planteamos objetivos y metas
nuevas, practiquemos la paciencia y demos tiempo al tiempo para ver los frutos.
Enfoquemos nuestra mente para ello más en el presente, en el proceso, en el
paso a paso, más que en la finalidad y en el resultado.
En momentos donde parezca que vamos perdiendo la esperanza, donde nos ponemos tristes porque no vemos avances, vendrá bien echar la vista atrás y recordar logros que habéis conseguido y que llevaron su trabajo y su tiempo. Realmente, cuando algo vale la pena se hace esperar, y así lo dice el dicho:
“las cosas de palacio van despacio”.
¡Nos leemos en el próximo post!
Un abrazo gigante.
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