lunes, 27 de febrero de 2023

Practicar la Amabilidad en Tiempos de Crisis

 


Hace un tiempo al entrar en un establecimiento y al dar los buenos días como suelo hacer de forma habitual, la mujer más cercana a mí se me quedó mirando, yo la miré y me dijo: “¡qué raro es oír a alguien últimamente dar los buenos días con amabilidad!”. Podéis imaginar lo sorprendida que me quedé, a la vez que halagada ¡claro está! Recuerdo que solamente pude decir: “¡Gracias! Es lo mínimo que podemos hacer” –pero hoy en día, poca gente lo hace –respondió la mujer.

Tras ese intercambio de palabras, pude sentir unos segundos de conexión con ella. Y por supuesto, no podía estar más de acuerdo con ella, porque justamente pienso lo mismo que ella. Se están perdiendo las buenas formas de estar en el mundo, los valores, el respeto, etc.

Muchos de los que me leéis, habéis sido educados en valores, buenos modales, en el decir “hola, buenos días” en el “gracias” y, para vosotros como para mí, es algo que os sale de forma natural y lo veis como algo normal, pero como dice mi querido y admirado conferenciantes Víctor Küppers: “hoy en día lo anormal es lo normal” y, lo resume a la perfección a lo que me pasó. Algo tan normal como dar los buenos días, parece resultar ahora lo anormal.

Todo esto me lleva a la siguiente pregunta: “¿Por qué nos cuesta tanto ser amables con los demás?”; es algo a lo que no tengo respuesta. Supongo que en parte, será por las prisas que se llevan, por egoísmo, pero seguro que tiene que ser por algo más.

También es cierto, que muchas veces, hemos dicho “hola” o “buenos días” y hemos obtenido el silencio por respuesta. Eso en principio, puede quitarnos las ganas de volver a saludar, pero nunca debemos dejar de hacerlo porque nos estaremos convirtiendo en otro tipo de persona más negativa y menos saludable. ¿Qué tipo de persona quieres ser?

En realidad, ser amable es una actitud positiva y que cuesta muy poco –bueno, nada- ¡es gratis! y, nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos y en conexión con los demás.

Justamente, hace poco leí que, en una investigación se evidenció que en un abrazo entre dos personas durante veinte segundos, se generaba la oxitocina, la hormona del amor y del placer.

Si esto es así, tenemos motivos más que suficientes para abrazar a otros más a menudo, ya que el poder sanador de los abrazos es inmenso.

En definitiva, practicar en nuestro día a día actitudes amables con los demás (y con nosotros mismos), nos hará fabricar más oxitocina.

Y hablando de actitudes amables, y de la famosa hormona, os dejo una lista de actitudes y actividades que nos harán fabricar la oxitocina de forma natural:

Los abrazos

Dar apoyo emocional a los demás (palabras de ánimo, escucharlos…)

Escuchar música alegre y bonita

Practicar el mindfulness

El contacto físico con el otro

Ser generosos

El yoga

etc...

Y por supuesto, no podía olvidarme del ejercicio físico general, más conocido por todos nosotros.

Me gustaría cerrar este post con una frase sobre la amabilidad; esta en cuestión es de Mark Twain:

“la amabilidad es el lenguaje que los sordos pueden oír y los ciegos pueden ver”.

 

¡Un abrazo gigante!

10 Comments:

  1. Totalmente de acuerdo Yolanda.
    Como bien dices es "gratis" y a pesar de todo a muchos les cuesta decir algo amable y educado, parece que les quema por dentro.
    Menos mal que todavía quedamos gente con los valores "antiguos".
    Abrazo enorme

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esperemos que cada vez seamos más 😉
      Muchas gracias, Amaia y otro abrazo enorme para ti!

      Eliminar
  2. La frase final refleja a la perfección el valor inconmensurable de la amabilidad, esa actitud tan alejada de los usos modernos. Me ha gustado mucho tu post.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra mucho saber que te ha gustado, Marcos. Muchas gracias por tu comentario.

      Eliminar
  3. Hola Yolanda, no puedo estar más de acuerdo contigo. La amabilidad es gratuita pero produce muchísimo bienestar. Besos preciosa 😘😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Margarita! Tal cual dices, produce bienestar a ambas partes además. Me alegra mucho leer tu comentario. Gracias.
      Besos para ti también!

      Eliminar
  4. Qué bonito y edificante todo lo que he leído estos minutos. También apuesto por los valores! Y por ser un poco a la "antigua" si así se le ha de llamar.
    Pero sí que este artículo genera oxitocina ☺️.
    Estupendo Yolanda, muchas gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se nota que apuestas por los valores. Y mejor ser a la "antigua" y generar y recibir oxitocina.
      Me alegro que te haya gustado. Muchas gracias a ti, Maty.
      Un abrazo gigante!

      Eliminar
  5. Hola, Yolanda.

    Totalmente de acuerdo contigo.

    En mi opinión, si me permites responder a tu pregunta de "¿Por qué nos cuesta tanto ser amables?", considero que el tema es de mucho más calado que las prisas.
    Resulta paradójico, citado a nuestro admirado Victor Küers, observar como camina el personal por la calle. Van con prisa, aunque con la cabeza baja, cara de pocos amigos y con el móvil escribiendo o mandando audios. Maximizan su problema y lo comparten en redes.
    En vez de mirar a la cara y sonreírse lo primero en el espejo del baño, aunque sea por estar vivos y sanos.
    Esa amabilidad lleva a retroalimentarnos, a sentirnos bien con nosotros, y entonces compartir esa emoción con quien sea y sin miedo al feedback.
    Una persona solo puede dar lo que tiene.
    Un abrazo gigante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola! Tal cual pienso respecto a ver caminar a las personas pendiente de un móvil en vez de a otras personas o un simple árbol. Y así es, en vez de buscar soluciones al problema, cada vez más se comparte en redes que eso poco ayuda, al contrario, destruye.
      Lo has resumido a la perfección: "una persona solo puede dar lo que tiene"
      Muchas gracias por tu comentario tan fructífero.
      Otro abrazo gigante para ti!

      Eliminar