martes, 25 de octubre de 2022

Agradece, Lucha y Sueña


Muchas veces, tenemos que llegar a limites insospechados para darnos cuenta de lo realmente importante, y solamente es una cosa: LA VIDA. 

 

Muchas veces, decidimos cambiar cuando nuestro cuerpo ha alcanzado cotas de dolor y sufrimiento inmensas, que solamente nuestra ALMA puede rescatarnos y salvarnos. El resto, solamente DIOS (llámese energía, universo, naturaleza, etc) lo sabe.

 

Muchas veces, tenemos que perdonar cosas a los demás que jamás nos perdonaríamos a nosotros mismos si queremos estar en paz y, reducir nuestro dolor físico y emocional.

 

Muchas veces, la vida es puñetera y cuando empiezas a conseguir sueños, la vida te quita el sueño.

 

Muchas veces, la vida te aleja de personas que en el fondo quieres y te quieren, porque existe el libre albedrio y cada persona sabe hacer las cosas a su manera, ni peor ni mejor, sino diferente. 

 

Muchas veces, tienes que ver y sentir la oscuridad para encontrarte con seres de luz. 

 

Muchas veces, tienes que aparentar ser fuerte si quieres que tu fuerza interna aflore.

 

Muchas veces, Dios parece muy injusto, pero en los sucesos tan injustos afloran las bellas personas, se reaviva el alma de mayor pureza y logras perdonar a todos de corazón, que es la única manera de perdonar. 

 

Muchas veces, odiamos por ese Dios “tan injusto” pero desde el odio solamente habrá caos en nuestra vida. Aún cuando todo lo de fuera esté bien, en nuestra soledad habrá caos. El caos es interno y no, externo.

 

Muchas veces, he conocido personas con caos impresionantes y felices (o en paz), y personas con entornos y vidas equilibradas, pero con almas en pena.

 

Muchas veces, podemos ser tan caóticos y desdichados que, necesitamos historias tan duras de soportar para darnos cuenta de lo efímera que es la VIDA, de lo “insignificantes” que somos como seres humanos a nivel egocéntrico hablando. 

 

Muchas veces, he reflexionado y sentido, pero otras tantas, he sobrevivido en soledad con el frio y el silencio como testigo. Porque cuando estás sobreviviendo literalmente hablando, la reflexión pasa a un segundo plano.

¡Ya habrá tiempo y momentos para la reflexión!

 

Muchas veces, he perdonado cosas y me he dado cuenta de lo sanador que es el perdón, pero como ser humano que soy, soy consciente que aún me quedan cosas que perdonar, y que al otro también. Andamos juntos en esta isla de perdones para cada cual tiene su trabajo particular. 

Aprendemos en el dolor y, no con ello quiero decir que tenga que haber dolor para aprender, pero el ser humano es caprichoso y egocéntrico, y necesita una espina muy dolorosa para convertirse en una mejor versión personal. 

 

Y siempre, siempre dar las GRACIAS porque mientras estamos dando las GRACIAS es que estamos vivos. Y la vida, a pesar de sus injusticias, es agradecida, lucha por el ser humano y su integridad. 


 

¡Un abrazo gigante!

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